Estamos ante una crisis que no es únicamente económica. Su carácter multidimensional exige la profunda reforma de un modelo que genera y mantiene las desigualdades, de un sistema que genera riqueza a costa de dejar a millones de personas en situación de pobreza y exclusión social.
Ante esta crisis, las administraciones públicas anuncian medidas que, en lugar de atacar sus causas, provocan recortes sociales haciendo que paguen quienes no son responsables de la actual situación; se mantiene, por tanto, el actual modelo económico desigual. Un modelo económico supeditado al sistema financiero. Es necesario un cambio de modelo, en el que la pobreza y la exclusión social se combatan con justicia y equidad.