Celebración día del voluntariado
Celebración día del voluntariado

El voluntariado tiene su espacio natural dentro de las más de 30.000 entidades no gubernamentales y no lucrativas que existen en el estado español, la mayoría de ellas creadas en el periodo posterior a la transición, como demostración de democracia.

Ha madurado en lo que llamamos Tercer Sector, el que forman las organizaciones, asociaciones y fundaciones. Un espacio que, en los últimos años, ha pasado del candelero al congelador, y en algunos casos a la destructora de papel. De las respuestas más humanas y profesionales a ser ignorados y sustituidos por sectores lucrativos. Incluso, en algunos casos, se nos ha aconsejado una muerte súbita mejor que una agonía larga. Pero seguimos aquí, mostrando que mientras hay vida hay esperanza.

Seguimos adelante aunque somos conscientes de que lo prometido está por cumplir: queda pendiente un tratamiento fiscal adecuado, una ley de mecenazgo, un calendario y una prioridad de pagos de servicios prestados a la administración.

El Tercer Sector está mejor preparado que nunca. Más vertebrado y organizado. Tiene y está acostumbrado al trato con lo humano, a continuas evaluaciones y autoevaluaciones; mantiene la transparencia, la participación y la calidad, y sobre todo abriga “el capital social” que representa el voluntariado, una joya valiosa e insustituible. En estas 30.000 organizaciones trabajan 500.000 personas y se gestiona más del 1% del PIB. Pero por encima de todas las cifras, destacan los casi 6 millones de personas que realizan alguna actividad de voluntariado, 900.000 en el ámbito de lo social, porque defienden que la solidaridad no se puede extinguir, porque creen en la cohesión social. El resultado de este esfuerzo en común, de este tsunami social, son las más de 5.000.000 de personas que atendemos, muchas de ellas víctimas de esta crisis, abandonadas y defraudadas.

Miramos el 2013 como “El año europeo de la ciudadanía activa”. Quizá tengamos que estudiar nuevas alianzas, hacer menos cosas pero excelentes. Pararnos unos segundos para centrarnos en lo importante y no confundirlo con lo urgente.

Conscientes de que hacer voluntariado es practicar un “ejercicio de libertad”, hay que ganarse a la ciudadanía, hacerles partícipes de la ilusión por la solidaridad y la cohesión social, mostrarles que nuestro talento va más allá de lo material. Hacerles ver que detrás de casi todas las personas, de cada ONG, hay un compromiso, una forma de entender el servicio y la justicia social.

Tendremos que buscar nuevos clientes y pedirles buenas prácticas en responsabilidad social. Y a los actuales, honradez y honestidad. La ciudadanía nunca debe pagar por sus derechos y mucho menos dejar que se pierdan.