Con motivo del 5 de diciembre, Día Internacional del Voluntariado, desde la Plataforma del Voluntariado queremos reivindicar un espacio propio para la solidaridad. En un mundo que devora continuamente todo lo que no sirve, reclamamos el valor de las pequeñas cosas. De esos gestos sencillos que engrandecen la vida.
Frente a la cultura de la individualidad y el egoísmo apostamos por un lugar de encuentro entre las personas, donde se extienda entre la ciudadana valores como la igualdad, la diversidad, la empatía, la implicación o el altruismo.
Esa es la sociedad que aspira a construir el voluntariado. En ella caben múltiples voces y diversas realidades, en ella se garantiza la educación de todas las personas, se defiende a quienes están en situación de inferioridad, se protege la tierra para que la habitemos.
La Ley del Voluntariado de 2015 nos ha permitido definir, acotar y sobre todo narrar nuestra propia historia. Hablar de voluntariado es hablar de solidaridad, de transformación social. Es contar la historia de personas que apoyan y empatizan con otras personas.
Hemos dejado atrás la caridad del privilegio para dar paso a la implicación y a la defensa de la igualdad.
Colaboramos, creemos y creamos un mundo donde cuenten todas las personas. Somos una legión imparable dispuesta a seguir cambiando el mundo.
Un cambio dirigido a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en la Agenda 2030, donde se reconoce a los grupos de personas voluntarias como agentes de transformación social.
Para que el voluntariado sea motor de cambio pedimos a los poderes públicos que nos tenga presentes en su agenda política.
Demandamos que apoyen nuestras investigaciones sobre voluntariado a nivel estatal para seguir avanzando en su implantación. Para que cada día seamos más.
Pedimos la presencia del voluntariado en todas las etapas educativas para garantizar un futuro mucho más humano. Ese es el mejor legado para las generaciones posteriores.
Una vez más, nos unimos para pedir:
Haz voluntariado. Cambia el mundo.