Un estudio sobre el perfil de las Unidades de Valoración y Apoyo en Drogodependencias (UVAD) pone de manifiesto la vinculación que existe entre las conductas compulsivas vinculadas con el juego y el inicio de una espiral de comportamientos que vulneran la legalidad para poder mantener la situación de dependencia. “Normalmente no tienen una historia delictiva o criminal previa, empezando a delinquir en las primeras fases de la adicción con pequeños delitos de sustracción de dinero en el seno familiar o laboral, con la intención de devolver las cantidades extraídas cuando se recuperen las pérdidas”, asegura la psicóloga Laura Porto, autora de este trabajo final de master de la Universitat de Valencia. Los delitos contra el patrimonio son los más frecuentes en las personas atendidas.

Los datos en los que se fundamentan el estudio se han recogido en las UVAD de Patim y Hedra tras analizar los perfiles de 510 casos –contemplando reingresos- atendidos en estos servicios de la red de atención de la Comunidad Valenciana. Porto señala que estos actos delictivos generan a menudo sentimientos de culpa o abatimiento, que son compensados con la conducta compulsiva del juego para recuperar las pérdidas, consolidándose la adicción y aumentando el número de deudas contraídas y los problemas asociados, que generalmente se concentran en el ámbito laboral o familiar. “Esta situación de compulsividad y dependencia, junto con el desgaste en el resto de áreas y las pérdidas a nivel económico, empujan al adicto a la comisión de delitos de manera sistemática (…) resultando un patrón delictivo que encaja con el término de delincuencia funcional”, añade.

Al analizar los resultados, también se han establecido otros perfiles de personas que han acudido a la UVAD con un historial de consumo prolongado en el tiempo de sustancias como la heroína, cocaína o ambas. En estos casos, destacan los delitos contra el patrimonio y la salud pública, con el objetivo de sufragar el consumo. Entre los consumidores de cannabis, con una historia más breve y temprana, vinculada a los espacios de socialización de los adolescentes y a la disponibilidad de la sustancia, los delitos más frecuentes son también contra la salud pública.

Existen otros patrones delictivos sobre los que el estudio “Perfil del usuario de las Unidades de Valoración y Apoyo al Drogodependiente” aporta datos, destacando las infracciones cometidas a causa de los efectos farmacológicos de la sustancia –delincuencia inducida-, los delitos de violencia de género y el consumo de heroína así como los delitos contra la seguridad vial y el consumo de alcohol.

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