La pandemia está poniendo a prueba cada semana a las personas que acuden al centro de día de Patim y también a sus familias. La demanda de atención se ha incrementado en el último año y el tratamiento -por adicciones o juego patológico- se ha visto condicionado por las restricciones derivadas del estado de alarma y la necesidad de adaptarse a un nuevo contexto social. Desde Patim se han atendido 55 pacientes -un 10% más de los previstos- y para responder a sus necesidades se han ofrecido varias modalidades de estancia que han compensado el precio/plaza.
El centro de día se articula como un recurso de integración para personas con adicciones y complementa otros servicios de la red asistencial. Se interviene en diferentes áreas mediante un plan individualizado para cada paciente, diseñando un tratamiento de carácter semirresidencial cuya finalidad es llevar a cabo la deshabituación y (re)inserción social de estos colectivos.“Partiendo, tanto para su análisis como evaluación, de supuestos basados en el entorno sociofamiliar y comunitario, se pretende paliar toda carencia producida por el consumo abusivo de sustancias psicoactivas o el juego”, explica el responsable del centro de día, Ariel de Lucas. Esta modalidad de intervención del centro de día, que recibe financiación a través del IRPF autonómico, ofrece distintos paquetes terapéuticos adaptados a las características personales y de consumo de cada caso.
El perfil del último año es el de un hombre soltero de 37 años, que ha completado el graduado escolar y tiene trabajo. Su demanda de tratamiento está vinculada con el consumo de cocaína –asociada con alcohol en algunos casos- y su primer contacto con las conductas adictivas se produjo entre los 11 y 18 años.