El mercado laboral ha sufrido durante el último año el impacto de la pandemia. Y uno de los colectivos que ha resultado más perjudicado es el de aquellas personas que buscan su primer empleo y carecen de la experiencia que puede facilitar su empleabilidad. El programa Orientat-e, financiado a cargo del IRPF autonómico, se ha consolidado como una respuesta para ayudar a menores de 35 años en su proceso de búsqueda de empleo que ha doblado su índice de participación previsto.
Este servicio contempla el diseño de itinerarios individualizados así como actuaciones de asesoramiento y acompañamiento típicas de estos programas de empleo pero introduce acciones grupales, como talleres de actitudes personales, que refuerzan todo el proceso. “Pretendemos que sean conscientes de la importancia de las habilidades personales que poseen, la necesidad de potenciarlas, mejorarlas o adquirirlas es básico para el colectivo con el que trabajamos”, explica Luisa Arenós, la psicóloga responsable de este servicio gestionado por Patim.
Articulado como un espacio donde se encuentran los medios necesarios para para iniciar la incorporación al mercado de trabajo, Orientat-e ha tenido que adaptar la estructura inicial para adaptarse a un nuevo contexto. La modalidad ‘online’ utilizada en algún periodo ha sido muy bien recibida por el colectivo al que va dirigido. Su capacidad para utilizar las TIC ha favorecido el aprendizaje que resulta más difícil con personas menos habituadas a un marco digital. “Al final, la mayor dificultad que encontramos ha sido la actitud de algunas de las personas atendidas, un tanto reacias a la efectividad que puede tener la búsqueda activa de empleo”. “Teníamos previsto atender a 16 personas y al final hemos realizado 32 itinerarios personalizados, lo que supone un índice de participación de un 200%”.