Noticias 2024

La Semana de la Salud Mental de la UJI se ha iniciado con una mesa coloquio sobre el suicidio en la que han participado representantes de Patim, el Teléfono de la Esperanza y el Colegio Oficial de Psicología para compartir algunas de las claves para prevenir y detectar el suicidio así como reflexionar sobre los factores personales, pero también del entorno social, que dificultan que se pueda cuidar de manera adecuada la salud mental.

El suicidio es el resultado de un proceso complejo que puede desarrollarse a lo largo del tiempo. Es capaz de variar de persona a persona, aunque generalmente sigue un patrón de fases que incluyen pensamientos, sentimientos y comportamientos que se intensifican progresivamente. En un primer momento se sitúa la ideación suicida, que presentan ocho de cada diez personas atendidas en Patim. “Es un pensamiento que asalta al paciente como si fuera una solución a sus problemas, pero suele descartarse de forma racional en muchas ocasiones”, explica Carolina de Mingo, coordinadora de gestión de la Comunidad Terapéutica los Granados. No obstante, hay que mantener una atención continuada porque la planificación suicida es el siguiente paso, previo a la decisión o actuación.

Una delegación del centro de día de Cáritas Salamanca ha visitado Patim para conocer de primera mano el trabajo y los servicios de la organización castellonense. Ambas entidades mantienen una dilatada vinculación que ha facilitado la consolidación de distintos proyectos durante los últimos veinticinco años, como la creación de la Asociación Española de Centros de Día en adicciones (ASECEDI) o la colaboración para la organización de distintas formaciones específicas sobre género, calidad y tratamiento de adicciones.

Patim se suma al manifiesto del Día Nacional del Tercer Sector para reivindicar que la justicia social sea una realidad en todo el mundo. Un compromiso avalado por las principales organizaciones sociales, que firman este documento, en el que se reitera que la pobreza, las desigualdades sociales y económicas, que afectan de forma exponencial a mujeres y a personas con discapacidad, “son barreras persistentes que impiden la inclusión y el desarrollo pleno de la sociedad”.

El manifiesto ha logrado también el respaldo individual de cientos de representantes de organizaciones que trabajan a diario con personas vulnerables en distintos ámbitos. “Podemos enfrentar los desafíos globales con soluciones locales” ya que “solo a través del esfuerzo colectivo podemos garantizar un futuro donde la justicia social no sea solo una aspiración, sino una realidad tangible para todas las personas”, recoge el manifiesto.

Empezamos a conocer con más detalle las dimensiones de una realidad silenciada durante años. Nueve de cada diez personas que acuden a los servicios de tratamiento de Patim reconoce episodios de ideación suicida. Da lo mismo si su conducta está vinculada al abuso en el juego o el consumo de sustancias. Y en algunos casos han ido más allá.