
Una de cada tres personas atendidas en Patim es mujer. Y hacia ellas se dirigen de forma específica algunos talleres y servicios para favorecer su incorporación a tratamiento y toma de decisiones. Y es que, las mujeres con adicciones se enfrentan a barreras adicionales y penalizaciones sociales como el estigma, la culpa y el miedo, que dificultan su acceso a la salud, a tener un empleo o una vivienda digna, que contribuyen a perpetuar su exclusión y vulnerabilidad. A todo esto, se suman situaciones de violencia de género y traumas que dificultan aún más el acceso a tratamientos, como refleja también la última memoria de UNAD.
Con motivo del Día internacional de la mujer, Patim quiere poner el foco en el derecho a la protección frente a la violencia, garantizando la seguridad y bienestar de estas mujeres. Por ello, se ha iniciado una campaña de sensibilización que recuerda que “ni la droga ni el alcohol justifican una agresión”, dirigida a jóvenes entre 16 y 24 años que se difunde a través de redes sociales.
“Distintos estudios recientes apuntan que los jóvenes banalizan la violencia de género y que uno de cada cuatro lo considera un ‘invento ideológico’ o le quitan importancia en determinados contextos” lamenta el presidente de Patim. Por ello, advierte que es necesario educar la mirada para que identifiquen estas conductas especialmente en contextos de ocio. En este sentido, esta iniciativa que se pone en marcha el 8 de marzo se vincula también como la primera pieza de la campaña de ‘Briconsejos” que Patim lanzará la semana que viene para promover un ocio saludable en contextos festivos como Magdalena y Fallas.
Patim, que cumple su 40 aniversario, gestiona en la actualidad dos recursos en Castellón que son específicos para mujeres con adicciones: la vivienda de apoyo a la inserción sociolaboral (VAIS) y la vivienda de apoyo al tratamiento (VAT). Desde UNAD y Patim se ha alertado de que las mujeres tardan, de media, 10 años más que los hombres en pedir ayuda y llegar a los recursos, y además lo hacen en peores condiciones físicas y psicológicas. Ambas piden que se reconozcan y protejan los derechos de las mujeres con adicciones para que puedan vivir “sin barreras”.