La incorporación de estrategias de calidad en las entidades sociales es un proceso reciente. En los últimos diez años muchas organizaciones sin ánimo de lucro han emprendido este camino para ofrecer una respuesta más eficaz en su trabajo diario. Pero para alcanzar este objetivo ha sido necesario detenerse y mirar hacia dentro. Diferenciar entre lo importante y lo urgente, darse cuenta de que algunas ideas ya no valen y hay que dejar espacio a otras nuevas, evaluar los resultados.
Costó dar el primer paso. Uno de los principales obstáculos fue la ausencia de modelos propios para el Tercer Sector. La calidad era un proceso desarrollado para empresas privadas que no se ajustaba a la realidad de las entidades sociales. Por eso, hubo que adaptar los procesos que existían. Patim, tras varias pruebas, optó por el Qualicert, un referencial que servía para acreditar los servicios de forma independiente. Hoy, cuatro centros de Patim cuentan con esta certificación de calidad.
La crisis económica ha puesto a prueba la eficacia de este compromiso con la calidad. Algunos mecanismos se han ralentizado pero apostamos por activar todos los procesos para superar 2012 con todos los referenciales.
Hay que abanderar la calidad como valor de la entidad, junto a la transparencia y la participación para llegar a mecanismos de excelencia que nos hagan rentabilizar nuestros servicios.
